Otra de las cosas positivas que ofrecen los rincones es permitir que los niños y niñas mediante una hoja de autocontrol elijan libremente que actividad van a realizar.
Esta hoja de autocontrol se irá complicando a lo largo del ciclo: en tres años lo único que procuramos es que se acostumbren a permanecer en un rincón durante la sesión, este objetivo lo apoyamos con elementos visuales, colocándole una tarjeta del color del rincón, poniendo una cinta de velcro en un espacio visible de cada rincón donde adhieren una ficha con su foto y su nombre.
La hoja de autocontrol en cuatro años, se hace en principio por un símbolo para cada rincón, después asignando un color, posteriormente un número y por último en la hoja de autocontrol aparecerá el nombre de cada rincón. En este caso los niños y niñas deben anotar diariamente el rincón elegido así como consultar su hoja de autocontrol para ver los que le faltan, en cuatro años estableceremos cinco rincones, uno para cada día de la semana.
Para este control en cinco años, podemos utilizar un cuadro de doble entrada que le damos a modo de un calendario mensual, donde deben situarse en la semana que están, y en el día correspondiente para anotar el rincón o los rincones visitados durante la sesión.
Es importante al concluir la sesión de rincones, tener una puesta en común sobre las actividades realizadas que aprovechamos para incidir en aquellos contenidos, procedimientos y actitudes que más nos interesa.
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